Entradas populares

sábado, 24 de marzo de 2018

No lo sé.

Cuatro años después vuelvo.
Me gusta pensar que no sólo tengo los escritos guardados en una cajita como si fuesen mi tesoro, no, también tengo esto.
Escribo para mí,
supongo.
Escribir me ayuda a ver las cosas más claras, a expresar todo lo que pienso, al fin y al cabo siguen siendo pensamientos todo lo publicado aquí.
Echaba de menos escribir, no voy a decir que me echase de menos a mí misma porque estaría mintiendo.
Echo de menos tener inspiración.
No sé si es la edad o qué, pero he dejado de escribir, de vivir como vivía antes, de tener magia.
Tener magia.
Últimamente está cobrando mucho sentido esa frase, el tener magia, la magia.
La magia no es la que nos cuentan, yo creo que cada uno tiene su magia especial, lugares, situaciones, estados o etapas, creo que cada uno tiene su propia magia, que cada uno nacemos y morimos con la misma.
Creo que la magia es eso que vemos distinto en los demás, que no tiene porqué ser distinto, pero para nosotros sí.
La escritura siempre me ha gustado porque me parece una forma de desnudarme anónimamente, son mis pensamientos, mis ideas, mis sentimientos, expresados aquí.
Creo que la historia se repite.
Creo que nunca he sabido estar sola.
Creo que nunca he sido una persona normal, y ¡joder! cómo me gustaría serlo, cómo me gustaría tener una vida sin demonios, sin problemas del pasado y sin traumas.
Supongo que esa es mi magia, aceptarme tal y como soy y quererme.
Y no te confundas, me quiero, me quiero con mi vena artística, me quiero cuando me ilusionan las pequeñas cosas, me quiero cuando noto la magia palpitando por las calles de Madrid, me gusto, me quiero.
De pequeña quería ser especial, quería ser la elegida, quería ser famosa, cantante, bailarina, compositora, fotógrafa de la National Geographic, maquilladora de efectos especiales.
Quería ser tantas cosas que constantemente pienso que la estoy cagando y me voy a arrepentir y voy a querer cambiar; y así soy yo, cambiante.
Cambio cada año, cada medio año, creo que cambio cada día.
No sé si eso es bueno o malo, me da igual la verdad.
Lo que me da miedo es no encontrar a nadie con quien compartirlo.
Que nadie quiera crecer conmigo.
O a lo mejor esto pasará,
Algún día,
No lo sé.